MICKE MORENO - CAMILO ECHEVERRY Y JUAN D. SANCHEZ



Día de los niños: El agridulce sabor de la fama
Octubre 31 de 2007


Tres estrellas infantiles cuentan cómo han manejado su popularidad. A Micke le da tristeza que la gente a veces lo tilde de creído; Juan David dice que en un comienzo fue egoísta y grosero; Camilo se abstiene de gritar por cuidar su voz.

Camilo Echeverry
Es una “sensación muy bacana” la que experimenta Camilo Echeverry cuando alguien le solicita un autógrafo, una foto o le comenta que votó mucho por él para ayudarlo a que ganara El Factor Xs. Aunque este paisa criado en Montería no se siente un niño famoso reconoce que salir victorioso del programa musical cambió su vida. Ahora tiene que sacar más tiempo para cumplir con todo: estudiar, jugar, practicar guitarra y canto, estar con la familia y grabar un disco, “al que voy a meterle todo el perrenque”. Alumno de octavo grado en el Colegio La Salle de la capital cordobesa, Camilo sabe que ser reconocido y todo lo que implica hay que tomarlo “con mucha mesura, porque como dice mi mamá, hoy soy una figura pública, entonces no debo dar tanto bombo ni dar papaya”. Hasta ahora, comenta, no ha llegado al punto de que su nueva estrella se haya convertido “en algo mamón”, sólo disfruta de las mieles del triunfo y de los premios que ganó. Sin embargo, llegar a la victoria y sus encantos fue agotador, pero allí siempre estuvieron sus padres y su hermana, de 16 años, “que canta mejor que yo”, para apoyarlo. Hubo ocasiones, por ejemplo, que estando en El Factor X se sentía fatigado, entonces su familia lo alentaba: “Calma Cami, relájate, que todavía falta mucho. Fueron consejos válidos, que me sirvieron”. Sacar a diario tiempo para cantar y practicar guitarra, instrumento que aprendió a tocar a los 4 años, no lo toma como una obligación para triunfar o ganar dinero, más bien, como un juego. Por eso, cualquier sacrificio es poco. Para cuidar su voz se acuesta a dormir temprano, no se serena ni toma cosas frías, ni habla mucho, ni grita cuando está con sus amigos. “Y si tengo una presentación mañana, por ejemplo, hago como Pavarotti que cuando tenía un concierto, una semana antes no hablaba nada”.

Micke Moreno

No quiere ser creído “Soy caleño, lo que pasa es que se me quitó el acento”.

Con la misma dulzura con la que se ha ganado el corazón de los colombianos personificando a Ricardito Nieto en la novela En Los Tacones de Eva, Micke Moreno resalta, desde Bogotá, que nació en Cali hace 9 años. Desde los 3 está en el mundo de la televisión, sin embargo, Micke se percató de que era un niño famoso “cuando me fueron contratando para todo y eso me alegró”.

De ahí, que este pequeño no se complique para complacer a sus seguidores con autógrafos o fotos, porque “eso es súper chévere, me emociona, porque yo me siento orgullo de mí mismo”.

A pesar de la fama se considera un niño normal, aún cuando algunos adultos lo tilden de creído las veces que se acercan a solicitarle algo y no los puede complacer. “Pero es que, por ejemplo, yo tengo mucho sueño y me quieren tomar una foto y yo les digo, ay, por favor, ahora no, es que necesito dormir porque voy a grabar ahorita, y me dicen, ‘¡ay!, no seas tan creído y no sé qué’. Eso me da tristeza, porque yo no quiero ser creído, pero es que a veces estoy cansado y no me entienden, ¿me entiendes?”, explica un poco desconsolado.

Pero en realidad son más los momentos de alegría por causa de su fama. “Todo me encanta, ir a grabar, que me tomen fotos, que me hagan entrevistas”.

Juan D. Sánchez

Un bendecido por Dios En el colegio nadie lo llama Juan David Sánchez, sino Chachán o Mago Kandú, los dos personajes que lo han marcado en su carrera artística. A los 4 años, la Baby Sister lo lanzó a la fama, y a los 6, Pecados Capitales, donde encarnaba al secretario del Mago Kandú, lo consolidó como actor infantil. Ahora, en el papel de Matías en la novela Montecristo, sigue gozando de la fama que describe como pasajera, “puede durar cinco segundos: hoy eres famoso, mañana no”. No ha sido fácil para este menor de 12 años ser popular. Al comienzo fueron varios los llamados de atención de su madre, porque se mostraba egoísta y grosero. “Un día traté mal a una maquilladora, fui patán y mi mamá me advirtió: si vas a ser creído no sirves para esto. Piénsalo y decide”. Juan David decidió continuar, pero con una actitud sencilla y aterrizada. Admirador del actor Róbinson Díaz, con quien viajó por todo el país con El Circo del Mago Kandú, este estudiante de séptimo grado muchas veces se ha sentido cansado de su vida en el medio artístico. El actor que diga que nunca le ha pasado esto es porque no tiene ni idea de dónde está parado, advierte, pues “muchas veces uno siente que ya no aguanta más, por el cansancio”.
Luego de esos trances reflexiona y se considera “un bendecido por Dios, por poder ser actor”.

En sus propias palabras

· ”En la familia le estamos diciendo siempre, Cami, no vayas a cambiar, tu humildad es lo que más te ha caracterizado en este proceso”. Lía Correa, mamá de Camilo

· ”Mi esposo y yo decidimos no dejarlo en las grabaciones solo nunca. No es bueno dejarlo tanto tiempo con adultos, pues ellos no tienen su mismo lenguaje”. Adriana peñuela, mamá de Juan David

· ”Lo pongo a ver documentales de famosos en E!. También le decimos que va a haber gente que le va a decir cosas bonitas o feas, por eso tiene que saber controlarse”. Beatriz Lamprea, mamá de Micke

Tomado de diario El Pais, Cali Colombia 31 de octubre de 2007

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